¿Cómo cuidarse después de recuperarse de Covid-19?
En agosto del año pasado, Mario Boskis había publicado una carta: “Soy médico, recibido en la UBA en 1986. Desde hace más de 30 años me dedico a la Cardiología, y actualmente estoy trabajando como director en dos centros de atención cardiovascular ambulatoria, en la zona del AMBA, que combinados atienden a más de 50.000 pacientes al año”.
Comenzando de esta manera, relataba minuciosamente el día a día de cómo pasó de una intensa actividad en su lugar de trabajo a ser un paciente más de la enorme cantidad de personas que contrajeron Covid-19, una pelea personal contra el coronavirus que en un principio intentó minimizar y que lentamente lo dejó “volando de fiebre”, con Neumonía Bilateral y con la sensación de que, por momentos, el virus estaba ganando. El médico adentro suyo sabía que este paciente no estaba evolucionando bien.
“Uno como médico, encontrándose del lado equivocado de las sábanas, le pasan muchas cosas por la cabeza; y una de las cosas por supuesto es el miedo, la angustia y la incertidumbre de cuando uno tiene una evolución que tiene más posibilidades de complicarse”, contó en diálogo con Filo.News.
Pero como él dice, la consigna es no aflojar y en poco tiempo comenzaba su recuperación. De pronto, todos los parámetros mejoraban, ya no necesitaba oxígeno, el apetito volvía tímidamente, se pensaba en el alta, se alejaban la Terapia Intensiva y el respirador.
“Pasado unos días, una PCR negativa demostró que ya no hay virus en mi organismo y que podía volver al trabajo. Los anticuerpos IgG mostraron una buena respuesta inmunológica”, sentenciaba aliviado.
Hoy, ya gozando de buena salud y habiendo trabajado desde el principio de la pandemia haciendo medicina asistencial en consultorios externos de cardiología, advierte sobre las consecuencias en el órgano que más conoce: el corazón.
“Hay estudios que empiezan a aparecer en lugares donde comenzó primeramente la pandemia, lo que vimos en China, en Europa o en Estados Unidos, que nos llevan unos meses de ventaja, que tienen muchos pacientes recuperados y que han estudiado a muchos de estos pacientes”, explica.
La Sociedad Argentina de Cardiología, de hecho, hablaba en ese entonces de un “síndrome post COVID-19” diferente al que dejan otras enfermedades virales respiratorias en la que muchos pacientes se quejan de palpitaciones, dolor de pecho, disnea, mareos, alteraciones neurocognitivas, hipertensión o fatiga extrema aún tres meses después de haber sido dados de alta de un centro hospitalario.
Incluso algunos de los que tuvieron síntomas leves y recibieron un resultado de PCR negativo, agregan, padecen síntomas debilitantes y cambiantes, que algunos especialistas atribuyen al efecto inflamatorio del SARS-COV-2 y otros, a las consecuencias habituales de una virosis.
Por su parte, Mario Boskis detalle: “Las primeras noticias que nos han llegado es que este virus puede afectar otros órganos y, justamente, uno de los preferidos que tiene el virus es el corazón. ¿En que sentido? Lo que hace, o puede llegar a hacer, es inflamar el corazón, inflamar los tejidos de las paredes cardíacas produciendo una actividad que se llama miocarditis“.
“La miocarditis se ha llegado a ver hasta en el 20% de pacientes internados por covid, pero un tema interesante también es que pacientes que han presentado covid leve a moderados, que no han tenido que internarse y que dentro de todo la pasaron relativamente bien, muestran una debilidad importante, que después cuando han salido del cuadro salen a caminar y se cansan, o se fatigan en forma exagerada, y a veces sienten lo que nosotros llamamos palpitaciones, o sea golpes en el pecho que son latidos irregulares, y eso nos está hablando de que puede haber una inflamación del corazón”.
Sobre esto, un artículo publicado en el British Medical Journal que hizo un sumario de las manifestaciones de este extraño síndrome post-COVID, también llamado en inglés “long COVID”, recomienda reiniciar lentamente el ejercicio físico aeróbico, con caminatas o Pilates, inicialmente.
“La idea es empezar a volver a la actividad de a poco. Si uno hacía, por ejemplo, actividad física y salía a correr en forma habitual, o a andar en bicicleta, o a hacer gimnasia, que empiece con una caminata vigorosa, de 40 minutos, y escuche a su cuerpo, que vea lo que el cuerpo le está diciendo. Y si hay algún síntoma que antes no lo tenía, eso es para hacer una consulta precoz, ir al médico“, señala Boskis.
¿Qué pasa después? Si el síntoma principal es simplemente cansancio o la típica recuperación de lo que es una enfermedad viral, explica el cardiólogo, la recomendación es volver a la actividad habitual pero dentro de las tres semanas de haber sido dado de alta y hacer una consulta clínica.
“El clínico puede detectar si hay una alteración, obviamente el cardiólogo también, y nuestra recomendación es hacer un electrocardiograma y un ecocardiograma, que es un estudio ultrasónico del corazón donde podemos ver las paredes del mismo y evaluar si ha existido o no una miocarditis”.
“Por supuesto también con un análisis completo de sangre, donde muchas veces pedimos anticuerpos iGg, porque queremos saber si nuestro paciente no solo se ha recuperado correctamente sino también si tiene inmunidad”.
Por otra parte, también pone énfasis en no abandonar los controles preventivos, algo que durante la cuarentena se había exacerbado. “Mucha de la población cardiovascular, que tiene problemas crónicos, son pacientes dentro de los grupos vulnerables, pacientes por ejemplo arriba de los sesenta años, con enfermedades preexistentes, hipertensión, colesterol alto, una enfermedad coronaria, etc”.
“Hemos visto una disminución muy importante de las consultas cardiovasculares de casi un 15% en comparación al año pasado. Entonces frente a eso se empezaron a tomar algún tipo de medidas paliativas, por ejemplo, la posibilidad de hacer consultas virtuales, teleconsultas; obviamente no es lo mismo que una consulta presencial, pero podemos, por lo menos, hacer una distinción de pacientes que tenía un problema que nosotros creíamos que era un problema significativo y le decíamos que venga al consultorio o vaya a la guardia”.
Sin embargo, el médico agrega que eso ayudó, pero no alcanza. “Muchos de los pacientes directamente no llamaban al médico sino que minimizaban los síntomas, y eso llevó a que empezáramos a ver cada vez más eventos cardiovasculares excesivos. O sea, más pacientes empezaron a tener más infartos, empezaron a tener accidentes cerebro-vasculares y empezaron a consultar directamente a las guardias de urgencia con eventos establecidos“.
Ante esta preocupación, cuenta que desde las sociedades científicas salieron a advertir a los grupos de riesgo y a la población en general que por favor no descuiden el cuidado de sus enfermedades crónicas, llamando la atención incluso de que el problema es tan grande que algunas publicaciones estiman que va a existir un exceso de muertes cardiovasculares que el año anterior no teníamos.
“Se calcula que, por lo menos, vamos a tener diez mil personas más por año por exceso de muerte cardiovascular que hubiéramos prevenido si hubieran hecho una consulta cardiovascular, esto asociado a las muertes que lamentablemente vamos a tener por el covid”,afirma.
“O sea, el mensaje es la importancia de los chequeos, la importancia de hacer una salida inteligente, cuidándose, manteniendo los protocolos, pero de ninguna manera descuidar la salud en lo que respecta a otras enfermedades”, concluye.
“Esto todavía no pasó, sigamos cuidándonos. Yo creo que faltan unos meses más de pedir este esfuerzo, pero a lo largo del 2021 en algún momento el tema va a mejorar y vamos a empezar a estar mejor. Hay que tener mucha paciencia y mucha responsabilidad”.