El paro cardíaco repentino en menores de 45 años no es algo inusual. De hecho en Argentina se produce 1 cada 10 casos, según cifras oficiales. Y su prevalencia en España y México han subido en los últimos años, según distintos estudios médicos.
El paro cardíaco súbito es el término que se le da a la muerte que resulta de una causa cardíaca y ocurre dentro de la hora posterior a la observación de los síntomas. Y los expertos afirman que muchos de estos episodios a una edad temprana se pueden prevenir si se está atento a las señales y advertencias que nuestro cuerpo nos envía.
En el marco de la Semana de la Lucha contra la Muerte Súbita que comienza mañana, Infobae consultó a dos expertos y referentes de la cardiología argentina para que nos expliquen esas señales y las posibilidades reales de sobrevivir a un paro cardíaco.
“La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en la Argentina y de esas muertes la mitad ocurrirá en forma súbita. En nuestro país se producen alrededor de 40 mil muertes súbitas al año (una cada 15 minutos). Y de esas, el 70% se ocasiona en el hogar, en el trabajo, en clubes, en los campos de juegos deportivos, en lugares públicos e incluso en la calle y no en los hospitales o centros de salud”, explicó a Infobae el doctor Mario Fitz Maurice (MN 83671), médico cardiólogo especialista en arritmias cardíacas y director del Instituto Nacional de Arritmias Inadea.
El experto que afirma que esta situación ubica a los que no pertenecen a la comunidad médica como los primeros respondedores y precisó que la muerte súbita es aquella muerte que ocurre de forma inesperada en gente aparentemente sana y casi siempre sin síntomas previos.
“La mayoría de ellas ocurre secundaria a una arritmia, es decir que el corazón deja de latir normalmente y empieza a temblar. A ese temblor la medicina lo denomina fibrilación ventricular. Cuando tiembla, el corazón no tiene capacidad de contraerse y, entonces, no puede bombear sangre: así la víctima pierde el estado de conciencia y se desploma. Esa arritmia hay que cortarla muy rápido porque, pasados los cinco minutos, comienza el daño cerebral”, sostuvo.
Y agregó: “Y la única forma de salvar una vida luego de un episodio de este tipo es aplicando en forma rápida y eficaz maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) y utilizando un desfibrilador. Hacerlo dentro de los tres primeros minutos de ocurrido el evento, aumenta las posibilidades de llegar con vida a un hospital en un 70%, por cada minuto que se demora la aplicación de estas medidas, se reducen en un 10% las posibilidades de continuar con vida. Es por eso que estar capacitado ayuda tanto”.
Muerte súbita en jóvenes
“La muerte súbita puede ocurrir en personas con una enfermedad cardíaca conocida o en aquellas que ignoran el problema ya que nunca han tenido síntomas o, si los tuvieron, fueron leves y no los relacionaron con el corazón. Puede ocurrir a cualquier edad y puede estar relacionada, o no, con una actividad física o deportiva. No obstante, las causas y el nivel de incidencia varían con la edad”, precisó Fitz Maurice.
Y completó: “En menores de 35 años obedece generalmente a enfermedades congénitas del corazón, en el caso de la Argentina la patología más frecuente en este grupo de jóvenes es la miocardiopatía hipertrófica y en segundo lugar la miocardiopatía arritmogénica seguida de lo que llamamos canalopatias. Es por esto que muchas veces los resultados en jóvenes se muestran normales debido a que el sistema neurovegetativo puede cambiar las condiciones y a veces en el examen clínico no mostrar la patología y que aparezca ante un deporte excesivo”.
Para el especialista, esto no implica que el deporte sea malo. “Muy por el contrario el deporte es saludable practicándolo en su correcta medida y siendo controlado por un especialista, justamente para que determine qué tipo de actividad física podemos realizar y si tiene que modificar algún factor que nos aumenta el riesgo como la hipertensión el sobrepeso y colesterol la diabetes el sedentarismo, o estudiarnos más en profundidad si algún examen complementario arroja un mal resultado o si tenemos antecedentes de familiares directos con muerte súbita”, precisó.
Y aclaró que en mayores de 40, en cambio, se produce generalmente como consecuencia de un infarto de miocardio que genera una arritmia llamada fibrilación ventricular provocando la muerte.
“El 80% de estas personas no tiene ningún síntoma previo y el 20% tiene síntomas que no duran más de una hora antes de que se produzca el episodio, Entre los signos de alerta se encuentran: desmayos, palpitaciones fuertes y dolores en el pecho. En relación al cuadro de muerte súbita en sí, la persona afectada se cae inexplicablemente, pierde la conciencia, deja de responder, de respirar normalmente y pierde el pulso. Por eso es importante hacer los controles correspondientes cada año: consulta con el cardiólogo”, remarcó con insistencia.
El doctor Mario Boskis (MN 74002), cardiólogo y miembro titular de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) explicó a Infobae que no hay duda que un episodio de muerte súbita en una persona joven es un hecho trágico que altera dramáticamente la vida de los familiares sobrevivientes y golpea en forma significativa a la comunidad.
“Las estadísticas nos muestran que en personas de 35 años o menores, la causa más frecuente de muerte súbita de origen cardiaco, son las patologías que alteran la estructura del corazón, o sea enfermedades de origen congénito como la miocardiopatía hipertrófica que ensancha la pared del miocardio o la dilatada, que la agranda. Ambas pueden generar arritmias letales que llevan en última instancia a un paro cardíaco”, indicó Boskis, Director General del Instituto Cardiovascular San Isidro (ICSI), del Sanatorio Las Lomas en Buenos Aires y del Grupo Cardiológico Boskis.
Para el cardiólogo, también las arritmias pueden ser de origen genético. Estas se engloban dentro de las llamadas “canalopatías” y que aun sin evidencia de daño estructural en el corazón, son capaces de desencadenar arritmias malignas.
“Otras causas frecuentes de encontrar en autopsias de víctimas jóvenes son las cardiopatías congénitas, como por ejemplo un nacimiento anómalo de una arteria coronaria, responsable de irrigar parte del corazón o una alteración en las paredes de la aorta. Menos frecuentemente aun, una miocarditis o una obstrucción coronaria es la responsable de este cuadro en este rango etario. Los síntomas que preceden a una muerte súbita los llamamos prodromos y pueden sobrevenir horas o minutos antes del cuadro. Generalmente duran más de 5 minutos y son referidos como palpitaciones, dolor de pecho o mareos severos”, sostuvo Boskis.
Y agregó: “Las palpitaciones, la falta de aire desproporcionada para el ejercicio realizado y las lipotimias o aun episodios de pérdidas de conocimiento pueden aparecer aun años antes del episodio final y deben ser tenidos en cuenta en este grupo, para que pueda hacerse un diagnóstico precoz. Es importante tener en cuenta que los jóvenes suelen también abusar del alcohol que consumido en grandes cantidades y en poco tiempo puede gatillar arritmias potencialmente fatales aun en personas sin antecedentes de cardiopatía. Lo mismo sucede con el consumo de cocaína o anfetamina, que lamentablemente cada vez es más frecuente de ver en nuestra sociedad actual”.
¿Qué hacer ante una emergencia?
“Si uno es testigo y ve que alguien inexplicadamente cae inconsciente, nos fijamos si respira, y si no lo hace o lo hace con dificultad lo primero que hay que hacer es llamar al 107 o al número local de emergencias. Comenzar rápidamente las maniobras de reanimación cardíacas y luego pedir un desfibrilador, ya que muchos lugares ya cuentan con este tipo de equipos y es muy importante que cada uno sepa dónde puede existir el más cercano”, remarcó Fitz Maurice.
Y precisó: “Según datos del servicio de salud de EEUU, una muerte de cada 1200 es ocasionada por un incendio, y una muerte de cada 5 es producto de enfermedad cardiovascular. Esto claramente muestra que es 200 veces más frecuente morir del corazón que morir en un incendio. Y aun así todavía faltan desfibriladores y gente capacitada para poder dar respuesta al problema.
Concientizar a los jóvenes
Boskis indicó que es importante concientizar a los jóvenes que si quieren hacer actividad física competitiva, es recomendable completar un chequeo médico previo, para certificar que no existen contraindicaciones para practicar deportes.
“Un buen examen físico, un electrocardiograma y una historia clínica completa del paciente nos da excelentes datos para poder hacer una buena prevención de este flagelo y también aconsejar un plan de entrenamiento acorde al deporte a realizar. En algunos casos, completamos la evaluación con un ecocardiograma, y si existe una historia de algún familiar con antecedentes de muerte súbita, es importante saber que toda la familia debe chequearse. Hoy en día existen exámenes genéticos que pueden ser muy útiles para cuantificar el riesgo de muerte súbita y tomar medidas preventivas en caso de necesidad”, concluyó Boskis.