Se descubrió que este síndrome afecta más a mujeres de edad media y mayores. Foto Shutterstock.
Situaciones estresantes y emociones extremas. Esos serían los dos desencadenantes más comunes del síndrome de Takotsubo, conocido como “del corazón roto”, que según un nuevo estudio del Smidt Heart Institute estaría aumentando en mujeres, tanto de mediana edad como en mayores.
Respecto a las características de esta afección, Mario Boskis, cardiólogo miembro titular de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), aclara a Clarín: “El síndrome de Takotsubo también se conoce como miocardiopatía por estrés, y se caracteriza precisamente por tener síntomas muy similares a un infarto agudo del miocardio”.
Según ejemplifica el médico, el paciente suele consultar en una guardia con dolor de pecho, “el electrocardiograma suele dar anormal, se hacen los estudios por sangre y puede haber enzimas cardíacas alteradas”.
“Pero -continúa- cuando se realiza un estudio de las arterias coronarias da normal, o sea, la irrigación de las grandes arterias no está comprometida. Sin embargo, sí hay alteraciones en las paredes del corazón, lo que significa que podría haber un daño en el miocardio propiamente dicho, pero en este caso no producido por la obstrucción de una arteria coronaria.”
Los hallazgos respecto a las mujeres
El estudio, publicado en el Journal of the American Heart Association (JAHA), habla de la incidencia de este síndrome en mujeres, indicando que son las de mediana edad y también mayores, las que son diagnosticadas hasta 10 veces más que las mujeres u hombres más jóvenes de cualquier edad.
La investigación también sugiere que la rara condición se volvió más común, y su incidencia aumentó de manera constante desde mucho antes de la pandemia de COVID-19.
“Este estudio valida aún más el papel vital que juega la conexión corazón-cerebro en la salud general, especialmente para las mujeres”, afirma Susan Cheng, directora del Instituto de Investigación sobre el envejecimiento saludable en el Departamento de Cardiología del citado instituto y autora principal del estudio.
Similitudes y diferencias con el infarto
En este sentido, y haciendo alusión a lo excepcional de este trastorno, Boskis se explaya: “La causa del infarto de miocardio, en la gran mayoría de los casos, es una obstrucción de una arteria coronaria, que no irriga bien al músculo, que se lesiona y genera el infarto. El infarto no es otra cosa que la necrosis de las células del corazón, de las células cardíacas”, compara.
Esto es diferente en el síndrome del corazón roto: “Cuando empezaron a interrogar a los pacientes acerca de qué había desencadenado el dolor de pecho que motivó la consulta, muchos de estos pacientes -que en su gran mayoría eran mujeres- refirieron que se había dado como gatillo un estrés mental importante”, detalla.
Y agrega: “Cuando se empieza a estudiar cuál podría ser la causa de esa combinación entre estrés mental y el efecto físico del corazón, se evaluó la liberación aguda de una sustancia llamada catecolamina, que se libera en circunstancias de estrés”, especifica.
Alertan que en las mujeres los síntomas por enfermedad coronaria pueden ser gastrointestinales. Foto Shutterstock.
“Esa podría haber sido la responsable de alterar la microcirculación del corazón, y ya no las grandes arterias coronarias, o sea, pequeñas arteriolas que pueden afectar al músculo cardíaco y generar un impacto similar al infarto de miocardio, teniendo los grandes vasos coronarios funcionando de manera normal”, detalla.
Un completo estudio
Cheng y su equipo de investigación utilizaron los datos que los hospitales nacionales recopilaron respecto a más de 135.000 mujeres y hombres diagnosticados con síndrome de Takotsubo entre 2006 y 2017.
Si bien confirmaron que hay un mayor número de mujeres afectadas, los resultados también revelaron que los diagnósticos han aumentado al menos de 6 a 10 veces más rápido para las mujeres de 50 a 74 años que para cualquier otro grupo demográfico.
Además, se descubrió que la incidencia anual aumentó de manera constante en ambos sexos, y que las mujeres contribuyeron a ese incremento con la mayoría de los casos (83,3%), especialmente las mayores de 50 años.
Para poner las cifras en contexto, los investigadores resaltaron que antes de este estudio solo se sabía que las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollar el síndrome de Takotsubo. Este último trabajo es el primero en preguntarse si existen diferencias de sexo basadas en la edad, y si las tasas de casos pueden estar cambiando con el tiempo.
La conexión entre el cerebro y el corazón
Como explica Cheng, la forma en que el cerebro y el sistema nervioso responden a diferentes tipos de factores estresantes es algo que cambia a medida que las mujeres envejecen.
“Es probable que haya un punto de inflexión, justo después de la mediana edad, donde una respuesta excesiva al estrés puede afectar el corazón -continúa-. Las mujeres en esta situación se ven especialmente afectadas y el riesgo parece estar aumentando”.
“Este estudio en particular ayuda a aclarar que las mujeres de un cierto rango de edad tienen un riesgo desproporcionadamente mayor de miocardiopatía por estrés, y que el riesgo está aumentando”, agrega por su parte Christine Albert, presidenta del Departamento de Cardiología de Smidt Instituto del Corazón.
“El repunte podría deberse a cambios en la susceptibilidad, el medio ambiente o ambos. Se necesita más trabajo para desentrañar las causas de la enfermedad subyacente en la condición de Takotsubo y otras condiciones dominadas por mujeres”, destaca.
El infarto en mujeres
En tanto, precisamente en el Congreso Argentino de Cardiología (SAC.21), que se realizó la semana pasada, se hizo hincapié en una estadística que indica que uno de cada 10 infartos se da en personas jóvenes menores de 45 años, y entre ellos, 4 de cada 10 se dan en mujeres, y están relacionados con el tabaquismo y el componente heredofamiliar.
La información surge del Registro Continuo de Infarto ARGEN-IAM-ST, que monitorea constantemente los nuevos casos de infarto en el país, para contar con información relevante de esta enfermedad en la Argentina, y del que participan 50 instituciones médicas.
El síndrome de Takotsubo o de “corazón roto” también se conoce como miocardiopatía por estrés. Foto Shutterstock.
Estos datos chocan de lleno contra una creencia extendida: si bien se suele asociar la enfermedad cardiovascular con los hombres, las mujeres también desarrollan esta patología, con lo cual deben estar especialmente atentas al cuidado de su salud.
“Siempre se hizo hincapié, cuando se habla de prevención, en que el hombre tenía que cuidar lo relacionado a la función cardiovascular y la mujer al tema oncológico, por el cáncer de mama, de ovario y útero. Lo que se ha visto es que la mujer tiene igual propensión que el hombre a tener enfermedad cardiovascular y coronaria, y que suele aparecer una década después que en ellos”, advierte Boskis.
Y agrega: “En varones empieza a incrementarse la posibilidad de enfermedad coronaria a partir de los 40 años, y en la mujer a partir de los 50, cuando se llega a la edad de la menopausia, ya que ahí se pierde la protección que generan las hormonas sobre el sistema cardiovascular”.
En ese sentido, advierte: “Entonces hay que tener en cuenta que tanto en la mujer como en el hombre hay una predisposición importante a la enfermedad cardiovascular y después de los 50 años tanto en el hombre como en la mujer es la primera causa de muerte”.
Por último, el cardiólogo subraya que los síntomas pueden diferir en hombres y mujeres: mientras que en el primer caso suele ser el típico dolor de pecho que puede irradiarse a los brazos o espalda; en ellas la enfermedad coronaria puede estar asociada a síntomas gastrointestinales.
“Muchas veces cuando consultan en la guardia, se minimizan los síntomas por creer que no es coronario, y esto genera problema, por eso es necesario concientizar a la mujer de que ante cualquier síntoma sospechoso tiene que consultar a su médico de cabecera o a la guardia. Escuchar al organismo, y estar atentos a cualquier síntoma que llame la atención”, recomienda.
Nota extraida de Clarin. Hecha por Ludmila Moscato