Llega diciembre y nuevamente estamos en las vísperas de las fiestas de fin de año. Son momentos para el encuentro entre las familias y los amigos y un tiempo para reflexionar acerca de lo acontecido en los últimos 12 meses.
También para pensar en los planes y proyectos que tenemos reservados para el año que se inicia. Pero cuidado, es un mes que también se asocia a mayor número de infartos y muerte cardiovascular, por lo que debemos estar alertas.
Desde hace varios años investigadores en el tema comenzaron a encontrar una tendencia alarmante en la mortalidad cardíaca al acercarse la época de la noche buena, la Navidad y la víspera de año nuevo.
En 1994, la revista científica “Circulation” fue una de las pioneras en publicar un artículo en el cuál encontraron, luego de estudiar los índices de mortalidad de los últimos 30 años, que entre las semanas del 25 de diciembre y el 7 de enero en los Estados Unidos, el numero de ataques cardíacos y muerte luego del mismo era anormalmente elevada, en comparación con otros meses del año. A este hallazgo lo llamaron el “efecto del día festivo”.
Poco tiempo después, la misma revista presenta un trabajo de la Universidad de California del Sur, que ratifica lo encontrado por sus colegas, pero esta vez en la ciudad de Los Angeles.
En este caso, el incremento de muertes debidas a motivos cardíacos en la época de fiestas era mayor y alcanzaba a un 33%. También atribuyeron este índice al “efecto festivo”
La explicación a estos hechos, la adjudicaron en gran medida, a que la carga psicológica en esta época especial del año, podía llevar a la aparición de trastornos emocionales en las personas mas vulnerables, generando un fuerte estrés, responsable de desencadenar las descompensaciones cardíacas. No descartaban tampoco, que los excesos en la comida, con altos contenidos de sal, grasa y azúcar, o el consumo exagerado de bebida alcohólica típico de las fiestas también podrían haber influido en estos episodios.
Abonando la teoría de la emociones intensas, un reciente trabajo llevado a cabo en Suecia pudo confirmar también el “efecto festivo”.
Utilizando una gigantesca base de datos, observaron que en la época de las Navidades y el año nuevo se incrementaba un 37% el riesgo de un ataque cardíaco.
Encontraron asimismo datos de sumo interés, como el hecho que los Infartos de Miocardio fueron más frecuentes los días Lunes y temprano por la mañana, sospechando entonces que “gatillos” emocionales estresantes, tales como el retornar a la jornada laboral, pudieran de alguna manera tener relación con el detonante del infarto.
Más aún, muchos de estos pacientes refirieron haber presentado sentimientos de Ira, ansiedad, tristeza y dolor horas antes del evento cardíaco.
Este concepto de que una emoción puede ser un disparador de eventos cardíacos no es nuevo. Existen varios trabajos publicados en la literatura médica que evidencian que luego de catástrofes naturales como un terremoto, se encontró un mayor índice de infartos cardíacos en la población afectada en los días posteriores al mismo.
Un efecto similar se vio en localidades de Tel Aviv y en Iraq en los días en que se producían ataques con misiles.
El foco de los cardiólogos entonces se ha puesto entonces en tratar de identificar de que manera el estrés mental nos afecta.
Hoy sabemos que el Estrés generado por las emociones intensas y repentinas pueden “acelerar” al corazón por medio de sustancias químicas llamadas neurotransmisores.
Estos actúan sobre nuestras glándulas endocrinas, que disparan a su vez adrenalina, una substancia responsable de aumentar el numero de latidos del corazón, subir la presión arterial, y generar arritmias.
Si el estrés continúa, se entra en una fase crónica, en la cual se libera otra hormona llamada cortisol, terminando en una “mezcla explosiva” para las arterias que irrigan al corazón, llegando a lastimar la pared de las coronarias con la consecuente aparición de un coagulo que en ultima instancia lleva al infarto y puede en algunos casos hasta producir una muerte súbita.
Ahora bien, frente a las evidencias que las fiestas de fin de año pueden producir estrés y este puede ser tanto la sal de la vida como el beso de la muerte, debemos tomar medidas y protegernos para no ser una víctima más.
Es frecuente recibir consultas de nuestros pacientes acerca de cómo disminuir el estrés diario, muchas veces esperando que una “pastillita”mágica resuelva el problema.
Obviamente no existe una solución milagrosa a este flagelo, pero sí podemos implementar algunas estrategias que van a ayudarnos a que nuestra psiquis pague el menor precio posible.
Sabemos que las fiestas de fin de año son capaces de alterar nuestras emociones de una manera muy distinta para cada persona. En algunos predomina la alegría por el reencuentro con la familia y los amigos, en una ambiente festivo y relajado, renovando tradiciones enraizadas en su psiquis que gatillan sentimientos positivos.
Pero para otros, se desencadenan emociones negativas, como la tristeza o la nostalgia por seres queridos que se han ido, o se agudizan sentimientos como la frustración o la ira.
La vía final común de estas emociones es el Estrés y a a fin de reducirlo, recuerde que ud es dueño de sus propias autoconversaciónes.
Háblese positivamente y evite complicarse la vida o complicarle la vida a sus seres queridos. No todos tienen el mismo proyecto para estas fiestas. Por lo tanto, escuche, planifique con tiempo como quiere pasar las mismas, y si todo no sale como usted hubiera querido, relajese.
El año próximo saldrá mejor. No vale la pena morir por ello.
Algunos consejos:
- En estas fiestas, dese un gustito si su medico lo permite, pero coma con moderación y siempre de acuerdo a lo que le han recomendado, para que su alimentación sea saludable (ojo con la sal, los dulces y las grasas)
- Cuidado con la bebida alcohólicas. Brinde por su salud y no en contra de su salud. El alcohol en exceso es capaz de aumentar la presión arterial y generar trastornos del ritmo cardíaco que pueden descompensar a su corazón.
- Continúe con su rutina diaria de ejercicios. No deje para el primero de Enero lo que puede hacer hoy.
- No fume (incluyo al cigarrillo, pipa, cigarrillo electrónico, etc)
- Escuche a su organismo, duerma lo necesario, no sobrecargue su agenda, no deje todo para último momento.
- Continúe tomando su medicación en forma habitual. No se automedique ni utilize remedios caseros sin antes consultar con su médico.
No se deje llevar por el espíritu consumista de esta época y si por el espíritu festivo.
Disfrute, cuide a su corazón, sea Feliz.
Muy buen post. Gracias por compartirlo.