«Uno como médico cree que a uno no le va a tocar. Y sí, le toca«, dice Mario Boskis, cardiólogo y Miembro Titular de la Sociedad Argentina de Cardiología (MTSAC). En junio, después de un diagnóstico COVID positivo y 4 días de fiebre intensa, dolores corporales y pérdida de gusto y olfato, Mario comenzó a sentir falta de aire, debió internarse y recibir oxígeno.
«El 85% de la gente que tiene SARS-CoV-2 tiene una evolución favorable y la pasa en casa, pero hay un 15% que tiene neumonía bilateral y necesita un tratamiento más “agresivo”. Siendo médico conocía todas las estadísticas y sabía que estaba dentro del 15% más complicado. Terminé cursando un COVID-19 severo y recibí oxígeno«, dice en diálogo con Crónica.
Luego de recuperarse de la enfermedad, Mario escribió una dramática carta en la que reflexiona sobre la gravedad del virus. «[Con la carta] yo quise demostrar que hasta un médico puede enfermarse y que cualquiera de nosotros puede tener complicaciones», cuenta. «Yo no tenía ninguna enfermedad concomitante, ni hipertensión, ni diabetes, ni obesidad extrema, ni antecedentes oncológico y de todos modos hice una evolución severa«.
Con la flexibilización de ciertas actividades y el relajamiento en algunos sectores de la población, Mario cuenta una situación incómoda que le tocó de cerca en un reciente viaje en avión. «Estaba asustado por el viaje porque estábamos apilados, aunque sabemos que viajar en avión es relativamente seguro. El único problema que podemos tener es cuando el que está adelante o atrás no usa barbijo y no tiene respeto por los demás, y eso es lo que nos pasó en este vuelo. Me di vuelta y les dije “Señores, ¿se pueden subir el barbijo? Lo tienen en el mentón”. Me miraron y me dijeron: “¿Le tenés miedo al COVID?”»
Hoy, Mario pide responsabilidad individual para darle batalla al virus: «No hay que menospreciar al virus. Hay que tenerle respeto. La gente eso no lo entiende. Creen que “bueno, mejor me contagio porque ya lo paso, total me va a dar una fiebrecita”. Todos están volviendo a reunirse en ambientes cerrados, no ventilados, nos abrazamos. No vamos a salir ni con la vacuna, ni con los medicamentos, si a eso no le agregamos la responsabilidad individual. Mientras esperamos a que seamos vacunados, cuidémonos y cuidemos a los demás«.
Por el coronavirus, aumentaron las muertes por enfermedades cardiovasculares
En su trabajo cotidiano, el cardiólogo trabaja con pacientes recuperados de coronavirus y llama la atención sobre las complicaciones que el virus puede dejar en el corazón, incluso en personas jóvenes: «He visto muchos pacientes que después del alta comentaban que tenían mucho cansancio, fatiga, algunos con falta de aire. Una vez curado clínicamente, el virus puede dejar secuelas, y una de las más frecuentes son las cardiovasculares: inflama el corazón y genera miopericarditis, aparece líquido en el corazón. Eso hay que detectarlo y tratarlo«.
Además, sostiene que el impacto del aislamiento en la detección temprana y el control de las enfermedades cardiovasculares ha llevado a un aumento en el número de muertes por estas patologías.
«En nuestra profesión siempre dijimos: “ante cualquier síntoma, consulte a su médico”, y durante todo el año pasado estuvimos diciendo “quedate en casa”. Era un mensaje muy contradictorio. Las enfermedades crónicas han seguido avanzando, no pararon por el COVID. Empezamos a ver más eventos cardiovasculares: infartos de miocardio, ACV y muertes cardiovasculares. Según un estudio reciente publicado en Argentina, en 2020 probablemente haya habido un exceso de muerte de más de 10.000 personas por culpa directa de no haber consultado a tiempo enfermedades cardiovasculares. Es muy preocupante«, concluye.