Es probable que fin de año nos ponga sensibles y si le agregamos el condimento de la pandemia es posible que las emociones se potencien.

Toda vez que la expectativa no coincide con la realidad nos estresamos. Ahora bien, ¿un estrés emocional puede ser de tal magnitud que sea capaz de “romper al corazón”?

La respuesta es “si”.

El estrés psiquico puede generar emociones como la ira, ansiedad, tristeza, frustación o incentidumbre, que pueden ser desencadenantes de un evento cardiovascular, como por ejemplo un infarto agudo de miocardio.

Estragos del estres

En los ’90 se describió por primera vez un cuadro clinico en Japón. El paciente concurría a la guardia por presentar un intenso dolor de pecho, con un electrocardiograma y análisis de laboratorio anormales sugestivos de un infarto. Al estudiar las arterias coronarias con una prueba diagnóstica conocida como cinecoronariografia, no existía obstrucción de las mismas, como sucede cuando se produce un ataque cardíaco.

Si bien las coronarias estaban sanas, el músculo cardiaco no. Este estaba deteriorado, generando una imagen de vasija abombada y con el cuello estrecho. Se lo denominó sindrome de Tako-Tsubo o más especificamente “miocardiopatía por estrés”. Al reinterrogar al paciente, casi siempre había un hecho emocional intenso poco tiempo antes de la aparición de los síntomas. A este cuadro también se lo conoce como síndrome del corazón roto.

¿Quiénes pueden padecerlo?

Se ve más frecuentemente en mujeres que hombres, mayores de 50 años o posmenopausicas y se asocia una historia de estrés emocional súbito, repentino e inesperado que causó una liberación excesiva de sustancias liberadas por la médula suprarrenal (llamadas catecolaminas), las cuáles terminan dañando a las fibras miocárdicas.

El pronóstico es generalmente benigno, con una mortalidad hospitalaria menor al 5% y la recuperación de la contracción del corazón suele ser completa y se lleva a cabo luego de unas semanas.

Pero, no todos los casos evolucionan favorablemente, ya que algunos corazones no se recuperan del golpe y pueden llevar a la muerte.

El tratamiento y los cuidados posteriores son similares al de los pacientes que sufrieron un infarto de miocardio.

Existe una pequeña (pero cierta) posibilidad que el síndrome del corazón roto vuelva a ocurrir después de un primer episodio, por lo que se recomientatomar medicamentos a largo plazo, como las drogas betabloquentes.

Bajar un cambio

El estrés es parte de la vida diaria y los eventos externos no nos estresan, sino que somos nosotros mísmos. Si somos capaces de reinterpretar los eventos, modificando las conversaciones internas seremos capaces de disminuir el estrés.