Casi 4 de cada 10 personas que piden ayuda para dejar de fumar, lo logran
Los motivos para dejar de fumar sobran, pero siempre es bueno recordarlos para entender el impacto del tabaco en la salud.
“Quienes fuman tienen 20 veces más posibilidades de padecer las afecciones más frecuentes que desencadena el hábito de fumar: infartos, enfermedades coronarias, accidentes cerebrovasculares (ACV) y problemas en la circulación en miembros inferiores”, señala Diego Sanchez Gelós, coordinador del Programa de Cesación Tabáquica del Hospital de Clínicas.
También apunta que el tabaco está relacionado a 8 de las 10 principales causas de muerte en el mundo y, que su tasa de mortalidad en el país asciende al 14% (unos 48 mil fallecimientos anuales, según cifras del Ministerio de Salud).
Sin embargo, también arroja otra estadística, pero alentadora: quienes buscan ayuda para dejar de fumar, dejan de hacerlo en un 36% de los casos, esto es, 1 de cada 3 personas que se lo proponen.
Nunca es tarde: los beneficios de dejar de fumar son instantáneos.
Cómo dejar de fumar
Parches, grupos, medicación, y hasta libros de autoayuda. Las maneras de dejar de fumar son variadas, pero todos los testimonios recabados coinciden en un imprescindible paso previo: la voluntad de querer lograrlo.
“Se debe entender que, como en toda adicción, se necesitan tratamientos multicomponentes, se debe abordar desde varios aspectos o frentes”, explica Guillermo Espinosa, Coordinador del Programa de Control de Tabaco del Hospital Italiano (GRANTAHI).
Y enumera: “La dependencia química seguramente necesite de una ayuda farmacológica adecuada, pero también es importante llegar a un buen diagnóstico, para analizar como romper los vínculos con ese cigarrillo”.
Los parches de nicotina son el complemento en muchos tratamientos para dejar de fumar.
Parches y compromiso
A Roberto Lundberg, los parches de nicotina lo ayudaron bastante, aunque a la hora de analizar qué fue lo que lo llevó a tomar la decisión luego de fumar durante más de 50 años, es contundente: el compromiso. ¿El desencadenante? Un empeoramiento en su salud.
“Mi médico venía insistiendo en que lo dejara, aunque las placas de pulmón daban perfectas y no registraba síntomas graves salvo un principio de EPOC”, recuerda.
“Pero hace un año -continúa- comencé con dolores en las piernas, y el diagnóstico fue formación de placas en las arterias, lo que implica el endurecimiento de sus paredes y reducción de su diámetro, dificultando la circulación sanguínea. Los motivos eran colesterol y tabaquismo.”
Roberto Lundberg dejó de fumar hace un mes luego de más de 50 años. ¿La fórmula? Parches y compromiso.
Sumado a eso, menciona la molestia que le ocasionaba a su círculo el olor a tabaco, así como el presupuesto que implica gastar todos los días 300 pesos, lo que sale un atado de cigarrillos, que se traduce en 9 mil pesos mensuales.
“Con lo que tenés que lidiar es con el hábito de fumar, desde la costumbre de estar siempre con un atado y un encendedor, hasta el placer de fumar cuando estás contento, cuando estás triste, cuando tomás café, mate o vino”, analiza.
“Y pensar, cuando vienen las ganas, que ahora podés caminar sin dolor, que tenes más plata, que no molestás al prójimo, y que vas a vivir más años con mejor calidad de vida”, sostiene.
Un libro fundamental
Leandro Aspis tiene 38 años y fuma hace 15. Si bien nunca llegó a fumar un atado por día, tampoco nunca había podido dejar el hábito, pese a que le preocupaba su salud.
“El riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares está presente aún cuando se consumen menos de 5 cigarrillos al día. Junto con el EPOC, el fumar constituye uno de los máximos factores de riesgo para la salud”, acota Sanchez Gelós.
Así lo entendió Leandro, y por eso leyó “Es fácil dejar de fumar si sabes cómo”, un libro escrito por Allen Carr en 1985, que habían leído muchos de sus amigos, y que catalogaron como “el libro mágico”. Cada persona que lo leía, dejaba de fumar.
El tabaco está relacionado a 8 de las 10 principales causas de muerte en el mundo.
“Lo leí, y efectivamente dejé de fumar hace un mes. El método que propone es novedoso, incluso te pide que no dejes de fumar mientras lo estás leyendo. Me cuesta transmitir lo que genera, le recomiendo a la gente que lo lea, te hace entender que no fumás porque te gusta, fumás porque tenés una relación adictiva con el tabaco”, cuenta.
En este sentido, detalla que a lo largo de los capítulos el libro va desarmando cada uno de los justificativos que los fumadores se ponen a sí mismos para seguir fumando.
“¿Fumás porque estás nervioso? No, porque cuando estás contento también fumás. ¿Lo hacés porque lo disfrutás? No, disfrutás comer chocolate y no estás comiendo 15 chocolates por día. ¿Fumás porque necesitás la nicotina? No, porque dormimos 8 horas y no nos despertamos para fumar”, reproduce Leandro.
Y concluye: “¿El resultado? Logra que deje de gustarte fumar mientras estás fumando: te hace pensar en cómo pasa el alquitrán por tu garganta, te hace dar cuenta de que no fumás porque te gusta sino porque es una adicción, y logra que quieras salir de ese círculo en el que todo el día estás pensando en qué momento prenderte un cigarrillo”.
Medicación y voluntad
En el caso de Fabiana Bernasconi, el disparador también estuvo vinculado a un empeoramiento en su salud producto del cigarrillo.
“Cuando me hice un chequeo salió que tenía enfisema pulmonar y dije basta. Tengo hijos grandes, que creo que algún día me harán abuela, y quiero vivir la mayor cantidad de tiempo posible“, confiesa.
Así fue que luego de más de 30 años, logró dejarlo.”Estoy tomando una medicación y usando unos parches ya hace más de un mes, y vengo muy bien. La verdad es que no pensé que iba a lograrlo, y la realidad es que siento ganas de fumar por momentos, pero a su vez siento una sensación de libertad: es maravilloso saber que vos dominás al vicio y no que el vicio te domina a vos”, analiza.
Fabiana Bernasconi fumó más de 30 años, pero un efisema pulmonar la hizo tomar conciencia. “Me siento libre”, asegura.
Beneficios instantáneos
“Nunca es tarde para dejar este vicio. Hay ventajas inmediatas como el hecho que mejora notablemente el control de la presión arterial y las arritmias, así como la respiración, el gusto y el olfato”, esboza el cardiólogo Mario Boskis, miembro de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC)
Y añade: “Al año, el riesgo de infarto de miocardio disminuye en forma importante, asi como la posibilidad de riesgo de cáncer de pulmón, que cae a la mitad a los 10 años”.
En tanto, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que “a los 20 minutos de dejar el cigarrillo, disminuye la frecuencia cardíaca. A las 12 horas, las concentraciones de monóxido de carbono en la sangre vuelven a la normalidad. Entre la segunda semana y los tres meses, la circulación y la función pulmonar mejoran”.
“Es una adicción que se puede dejar si los pacientes lo desean. Si no se sienten capaces, hay muchos profesionales que adecuadamente entrenados en cesación y en técnicas cognitivo conductual -y ayudados a veces con fármacos- pueden ayudar a que sea más sencillo. Dejar de fumar no es fácil, pero se puede. Solo hay que decidirse y buscar la ayuda”, añade Espinosa, para cerrar.
Línea gratuita
➪Si fumás y tenés dudas sobre cómo dejarlo, podés comunicarte con la línea gratuita 0-800-999-3040 del Ministerio de Salud de la Nación.
➪Existen servicios para dejar de fumar en forma gratuita en centros de salud y hospitales de todo el país, en los que se ofrecen tratamientos farmacológicos y psico-conductuales (individuales o grupales).
➪No se recomienda la automedicación para dejar de fumar, sino que los fármacos sean prescriptos por un profesional de acuerdo a su necesidad y tenga un adecuado seguimiento y acompañamiento del profesional.
➪Para consultar el listado de servicios gratuitos para dejar de fumar en CABA y Provincia de Buenos Aires hacé click acá y acá.