Tanto en la prevención, como en el tratamiento de la Hipertensión arterial y la insuficiencia cardíaca los cardiólogos recomendamos un consumo de alimentos y líquidos con bajo contenido de cloruro de Sodio.

El Cloruro de Sodio, más conocido como SAL, está presente en todos los alimentos, su presencia es fundamental para nuestro organismo, pero ha sido demostrado que su uso excesivo se asocia a la retención de líquido, hipertensión arterial, Insuficiencia cardíaca, ACV, osteoporosis, y cálculos renales.

Algunos consejos simples y prácticos:

Utilizar poca SAL y solo para cocinar, no agregar sal una vez preparados los alimentos. No llevar el salero a la mesa puede ayudarnos a crear este hábito.

Tenga en cuenta que una cucharada de te de sal son 2300 mg de Sodio, siendo la recomendación saludable no utilizar más de 1500 mg diarios!!.

Es muy importante entonces, a fin de no excederse en la dosis remomendada, evitar o disminuir el consumo  de alimentos procesados, tales como caldos, salsas, conservas, pizza, embutidos y especialmente salsas que puedan contener grandes cantidades de sodio, muchas veces bajo el nombre de monoglutamato, bicarbonato, sal marina, etc.

Se pueden lograr excelentes combinaciones de sabores, sustituyendo por otros ingredientes o condimentos, tales como limón, pimienta, menta, pimentón o con una buena cocción de las verduras, ayudando a que liberen su aroma y sabor. Ejemplo de esto sería el pimiento, la zanahoria, cebolla, etc)

En caso de tomar aguar embotellada, existen marcas que en sus etiquetas aclaran el bajo contenido de sodio, especificando en la información nutricional una cantidad de sodio menor a 5 mg por litro.

También debemos saber que muchas gaseosas y aguas saborizadas, a pesar de ser aparentemente “sanas”, por no agregar calorías a nuestra dieta, tienen un alto contenido de Sodio. Debemos restringir el consumo de las mismas.

Por último, no está de más recordar que a una dieta baja en sodio, recomendamos consumir variedad de frutas y vegetales, alimentos ricos en fibra, productos descremados, aceites vegetales (maíz, oliva) y nueces y legumbres en cantidades razonables. Su corazón, agradecido.

Autor: Dr. Nicolás Franciulli, Boskis Grupo cardiológico