Los pacientes recuperados de Covid-19 atraviesan todo tipo de dudas respecto a los controles posteriores que deben realizarse luego de atravesar la enfermedad. Hasta el momento, se ha comprobado que el coronavirus es capaz de lesionar, por acción directa o por una respuesta inflamatoria del organismo, a los pulmones principalmente, aunque también puede dejar secuelas en el aparato cardiovascular.
Las consultas a cardiólogos aumentaron en los últimos meses, tanto de parte de personas que atravesaron el Covid-19 con síntomas de mediana y alta gravedad, así como aquellos que presentaron manifestaciones leves de la enfermedad.
“Estamos recibiendo muchísimas consultas de pacientes desorientados a la hora de hacer un chequeo post covid”, comenta el doctor Mario Boskis (M.N. 74.002), cardiólogo y miembro titular de la Sociedad Argentina de Cardiología (MTSAC).
Tras un año y medio de pandemia, la comunidad científica mundial logró conocer más detalles sobre el alcance de los efectos secundarios de la enfermedad y las secuelas que esta puede dejar en el cuerpo para, en base a ello, poder implementar tratamientos efectivos y realizar un seguimiento adecuado en quienes superaron la enfermedad pero aún deben luchar con la huella residual que deja el virus en el cuerpo.
“Sabemos que el Covid-19 tiene la posibilidad de lesionar ya sea por acción directa o por una respuesta inflamatoria exagerada del organismo no sólo al pulmón, generando una inflamación llamada neumonitis, sino también a otros órganos, tales como el riñón, cerebro, hígado, al sistema de coagulación y al aparato cardiovascular. También conocemos que muchas veces la severidad con que se cursó la enfermedad no necesariamente predice que no hayan quedado secuelas luego de la misma”, explica el especialista, quien además es Director General del Instituto Cardiovascular San Isidro (ICSI) del Sanatorio Las Lomas en Buenos Aires y del Grupo Cardiológico Boskis.
Publicaciones recientes describen que aún en pacientes con síntomas leves de Covid, tales como malestar general, fiebre, dolor de garganta y tos seca puede haber por efecto del virus un daño a nivel cardiaco que lleva a una inflamación del corazón conocida como miocarditis, la cual si no es diagnosticada y tratada a tiempo puede comprometer seriamente la salud.
Publicaciones recientes describen que aún en pacientes con síntomas leves de Covid puede haber un daño a nivel cardiaco que lleva a una miocarditis.
Hoy en día, el alta epidemiológica se da en general luego de los 10 días de haber comenzado los síntomas y con al menos 72 horas de estabilidad del cuadro clínico, pero muchas veces sin recomendaciones específicas acerca de que controles hacerse y cuándo hacerlos.
“Desde las sociedades científicas recomendamos que aún si se cursó un Covid asintomático o muy leve, es necesario realizar estudios para evaluar el estado del corazón”, advierte el doctor.
En este caso en particular, el cardiólogo recuerda que la primer semana post alta no se debe efectuar actividad física vigorosa, y que hace falta “escuchar” al cuerpo para ver si existe algún síntoma nuevo o fatiga exagerada ante los esfuerzos habituales. Recién a los 15 días del alta es conveniente realizar una consulta clínica-cardiológica.
“Aún si se cursó un Covid asintomático o muy leve, es necesario realizar estudios para evaluar el estado del corazón”, advierte el doctor Mario Boskis.
En caso de haber cursado un Covid moderado en el cual se agrega una neumonía viral que suele tomar ambos pulmones y cursa con una disminución en la oxigenación de la sangre, “la consulta médica debería realizarse a la semana”, asegura Boskis.
“Lo mismo recomendamos en caso de un Covid severo , que siempre requiere una internación hospitalaria para monitorizar en forma muy estricta el estado general, que puede estar muy alterado debido a una respuesta inflamatoria importante “llamada tormenta de citoquinas”, llevando muchas veces a requerir el uso de un respirador”, afirma el cardiólogo.
Estudios cardiológicos necesarios
En todos los casos descriptos es fundamental que el médico pueda tomar una historia clínica completa de lo que sucedió para determinar el grado de severidad del Covid que padeció el paciente y hacer un exhaustivo examen físico que incluya también tomar la presión arterial, la frecuencia cardíaca y respiratoria, la temperatura y la saturación de oxígeno en sangre.
Es importante también realizar un electrocardiograma, con el que se puede evaluar en primera instancia si existen trastornos del ritmo cardiaco o signos de una posible alteración en las paredes del corazón o las arterias coronarias.
“También solicitamos una radiografía de tórax y un examen funcional respiratorio (llamado espirometría) fin de evaluar si han quedado secuelas pulmonares. A esta evaluación se le agrega un análisis de sangre de rutina, que puede alertarnos de lesiones en otros órganos”, detalla Boskis.
Además, es muy común completarlos con un Eco-Doppler cardíaco, para poder evaluar la función de bombeo del corazón, y determinar si hubo alguna agresión al mismo. Con este estudio se puede diagnosticar si existe una miocarditis o alguna otra alteración en las paredes del corazón o las estructuras de las válvulas cardiacas.
A su vez, sirve para descartar otra secuela frecuente de todas las enfermedades virales, que es la inflamación con acumulación de líquido de una membrana que recubre al corazón llamada pericardio.
Algunos de los estudios cardiológicos que recomienda el experto: electrocardiograma, espirometría, radiografía de tórax y eco doppler.
En caso de encontrar anormalidades en estos estudios se debe proceder a una evaluación más avanzada que puede incluir “la realización de un Holter electrocardiográfico de 24 horas, que consiste en grabar la función eléctrica del corazón durante un día completo (fuera del consultorio) para detectar la presencia de arritmias, un eco-venoso para detectar la presencia de coágulos y una resonancia de corazón para hacer el seguimiento de una miocarditis”, recomienda el médico.