Con el fin de la temporada de verano y la vuelta a clases, comenzar el año en muchos casos es sinónimo de retomar una actividad física como rutina diaria, pero, bajo el contexto de la pandemia de coronavirus, surgen muchas dudas a raíz del sedentarismo al que nos llevó la cuarentena y los cuidados por COVID-19, como también las secuelas post COVID.
En ese marco, algunas de las dudas que pueden surgir antes de volver a iniciar una actividad física son: ¿Deberíamos hacernos un chequeo previo para estar tranquilos con la actividad que elegimos? o ¿si tuvimos Covid-19? Estos son algunos de los interrogantes que GENTE planteó al cardiólogo Mario Boskis (MN 74002).
Sobre esa línea, la primera consulta al experto fue sobre qué indicadores importantes arroja un apto físico, y la importancia de realizarse un apto físico. “El apto físico deportivo puede evaluar si existe un riesgo incrementado de muerte súbita ante la práctica de un deporte, detectando aun en personas presuntamente sanas, anormalidades estructurales del corazón capaces de producir engrosamiento de sus paredes (también llamado miocardiopatía hipertrófica) , trastornos del ritmo cardíaco, y de la irrigación del corazón”, explica el Dr. Mario Boskis, Miembro Titular de la Sociedad Argentina de Cardiología (MTSAC).
Y agrega: “Si bien la muerte súbita en el deporte es un evento de muy baja aparición (0.5 a 2 cada 100.000 personas/año), es un hecho que de vez en cuando sacude al mundo deportivo ya sea en la actividad amateur como competitiva”.
Asimismo, señala que el objetivo de un control cardiovascular previo a la actividad deportiva, es “determinar el estado de salud general y evaluar el grado de acondicionamiento físico que presentamos”, a fin de guiar la práctica del ejercicio, no solo en el deportista amateur o profesional, sino también en pacientes con patologías ya conocidas: la cardiopatía isquémica, la obesidad, la hipertensión arterial o las alteraciones en los lípidos o el azúcar en sangre.
En ese sentido, el también Director General del Instituto Cardiovascular San Isidro (ICSI) indica cuáles son los estudios básicos que deberíamos realizar: “Lo primero a efectuar es un buen Examen Clínico general, que incluye un interrogatorio acerca de posibles síntomas que puedan haber aparecido desde el último examen físico”, remarca.
“Muchas veces el médico puede así orientar su chequeo hacia algún órgano en particular. En el caso de los cardiólogos, pueden realizar un electrocardiograma de rutina para poder evaluar la presencia de arritmias, agrandamientos cardiacos o trastornos de la irrigación miocárdica, y completar la evaluación con estudios complementarios como un Ecocardiograma o una prueba de esfuerzo para valorar el estado físico cardiovascular“, especifica Boskis.
Volver a la actividad física post COVID
Respecto a las secuelas post COVID, se le consultó al especialista si es diferente el apto físico para quien tuvo COVID-19: ¿Necesito algún estudio complementario? ¿Debería repetirlo? Esto debido a los números no menores de pacientes que continúan con síntomas, que en algunos casos persisten por más de tres meses desde el diagnóstico de coronavirus.
Estos casos se los denominó COVID largo. Etapa por la que transitan algunos recuperados del coronavirus pero que aún continúan manifestando falta de aire, fatiga, dolor de pecho, dolores articulares y tos. Asimismo, no es infrecuente también la aparición de manifestaciones psicológicas como ansiedad, depresión, pérdida de memoria y baja capacidad de concentración.
En ese sentido, el cardiólogo expresa que “todo esto debe ser evaluado en forma personalizada, y al chequeo habitual deberán agregarse estudios o determinaciones capaces de evaluar posibles secuelas o daños en el organismo, muchas veces visto luego de enfermedades virales”. Cabe remarcar que, el post Covid puede estar presente aun en aquellos que han sufrido formas leves de la enfermedad.
Sobre esa línea, nos preguntamos si es necesario realizar estudios si fui COVID positivo, pero sin síntomas: “Actualmente, la prevalencia de secuelas cardiovasculares en pacientes que no presentaron síntomas durante el curso de la enfermedad es difícil de precisar. Un estudio reciente publicado en la revista JAMA, encontró que aun en pacientes que presentaron síntomas leves, al efectuarse una resonancia cardíaca, existía cierto grado de inflamación en las paredes del corazón, evidenciando signos de afectación cardíaca compatibles con una miocarditis”, especificó el Dr. Boskis.
En tal caso, la prudencia sugiere que si existe “al menos un factor de riesgo para enfermedad cardiovascular, luego del alta médica, se haga una consulta cardiológica a fin de evaluar la aptitud física para el deporte, de acuerdo a las recomendaciones actuales”, expresó el cardiólogo.
Actividad física y el corazón
Respecto a las consecuencias que puede implicar el exceso de una actividad física, se le consultó al experto si puede una actividad física excesiva afectar nuestro corazón: “Si el ejercicio físico se practica con una intensidad o duración mayor a la que nuestro organismo tolere, este puede ser no beneficioso y transformarse sin duda en algo perjudicial”, contestó.
Y añadió: “Esto es especialmente cierto si existe además presencia de enfermedades pre-existentes o se es un adulto mayor. Los beneficios de la actividad física superan ampliamente los riesgos y nuestro desafío es reducir la posibilidad de alguna sorpresa indeseada durante su práctica”, aclara.
En ese contexto, el especialista indica cuánta actividad física es la correcta para mantener nuestra salud: “Más allá de la pandemia, una encuesta nacional de factores de riesgo cardiovasculares, publicada en nuestro país en 2019, arrojó que 6 de cada 10 personas no realiza la actividad física mínima recomendable“.
Asimismo , el Dr. Boskis indicó que el 60 % de la población presenta exceso de peso. “Para saber si puedo realizar sin inconveniente mi deporte preferido o efectuar actividad física en general, es recomendable realizar previamente, una consulta clínica cardiológica, que incluya al menos un electrocardiograma y una prueba de esfuerzo“, insta el cardiólogo a todos los interesados en retomar la actividad física.
Y remarca, respecto a la importancia de estos estudios, que de esta manera se puede “personalizar de acuerdo a la edad y al estado general del organismo, cuál es el ejercicio más recomendable de acuerdo al grado de condición física y el estado de salud”.
Finalmente, el Dr. Mario Boskis, recomienda realizar al menos 150 minutos por semana de actividad aeróbica de moderada intensidad, como: caminar rápido, bailar o ciclismo. Si el objetivo es también disminuir el peso corporal, agregar 75 minutos por semana de actividad aeróbica intensa, como trotar o natación. A su vez, como complemento ideal ,aconseja actividades de fortalecimiento muscular de los grandes grupos musculares, dos o más veces a la semana.
Muy buena recomendacion
Muchísimas gracias por la información ! Son de gran ayuda , como siempre , gracias !