Las consecuencias tardías del Covid-19 comienzan a aflorar no sólo a nivel respiratorio sino también neurológico y cardiovascular. Télam.

Palpitaciones, dolor de pecho, disnea, mareos, alteraciones neurocognitivas, hipertensión o fatiga extrema aún tres meses después de haber sido dados de alta de un centro hospitalario, son algunos de los síntomas que enumeran desde la Sociedad Argentina de Cardiología como producto de haber transitado el coronavirus. Incluso “algunos de los que tuvieron síntomas leves y recibieron un resultado de PCR negativo, padecen síntomas debilitantes y cambiantes, que algunos especialistas atribuyen al efecto inflamatorio del SARS-COV-2 y otros, a las consecuencias habituales de una virosis”, aseguran.

“Estamos recibiendo muchísimas consultas de pacientes desorientados a la hora de hacer un chequeo post-Covid”, indicó el cardiólogo Mario Boskis, Miembro Titular de la Sociedad Argentina de Cardiología (MTSAC), a elDiarioAR. “Sabemos que el Covid-19 tiene la posibilidad de lesionar ya sea por acción directa o por una respuesta inflamatoria ‘exagerada’ del organismo no sólo al pulmón, generando una inflamación llamada neumonitis, sino también a otros órganos, tales como el riñón, cerebro, hígado, al sistema de coagulación y al aparato cardiovascular“, apuntó.

También aseguró que se conoce que muchas veces la severidad con que se cursó la enfermedad “no necesariamente predice que no hayan quedado secuelas luego de la misma”. Los especialistas ponen énfasis en este último punto.

Las secuelas tardías del coronavirus empiezan a aflorar no sólo a nivel respiratorio sino también neurológico y cardiovascular. Y es que aunque no hubieran tenido síntomas graves, entre 60 y 78% de pacientes con COVID-19 mostró inflamación e injuria miocárdica después de dos meses del diagnóstico, según un estudio realizado en la Universidad de Frankfurt con resonancia magnética cardíaca.

Hoy en día, el alta epidemiológica se da en general luego de los 10 días de haber comenzado los síntomas y con al menos 72 horas de estabilidad del cuadro clínico, “pero muchas veces sin recomendaciones específicas acerca de que controles hacerse y cuándo hacerlos”, aseguró el especialista.

“Es por eso, que desde las sociedades científicas recomendamos que aún si se cursó un Covid asintomático o muy leve, es necesario realizar estudios para evaluar el estado del corazón“, apuntó Boskis. En este caso en particular, “recomendamos que la primer semana post alta no se efectúe actividad física vigorosa, que ‘escuchen’ al cuerpo para ver si existe algún síntoma nuevo o fatiga exagerada ante los esfuerzos habituales y a los 15 días del alta hagan una consulta clínica-cardiológica”.

En caso de haber cursado la enfermedad de manera moderada “en el cual se agrega una Neumonía Viral que generalmente toma ambos pulmones y cursa con una disminución en la oxigenación de la sangre, la consulta médica debería realizarse a la semana“.

Lo mismo recomiendan en caso de haber transitado un “Covid severo”, que siempre “requiere una internación hospitalaria para monitorizar en forma muy estricta el estado general, que puede estar muy alterado debido a una respuesta inflamatoria importante ‘llamada tormenta de citoquinas’, llevando muchas veces a requerir el uso de un respirador”, apuntó el cardiólogo.

¿Qué estudios son necesarios realizarse tras recibir el alta por Covid-19?

En todos los casos descriptos, informan, es fundamental que el médico pueda tomar una historia clínica completa de lo que sucedió para determinar el grado de severidad del coronavirus que padeció el paciente y hacer un exhaustivo examen físico que incluya también tomar la presión arterial, la frecuencia cardíaca y respiratoria, la temperatura y la saturación de oxígeno en sangre.

Es importante también realizar un Electrocardiograma, “con el que se puede evaluar en primera instancia si existen trastornos del ritmo cardiaco o signos de una posible alteración en las paredes del corazón o las arterias coronarias”.

“También solicitamos una Radiografía de Tórax y un examen funcional respiratorio (llamado Espirometría) fin de evaluar si han quedado secuelas pulmonares. A esta evaluación se le agrega un análisis de sangre de rutina, que puede alertarnos de lesiones en otros órganos”, evaluó Mario Boskis.

También es muy común completarlos con un Eco-Doppler cardíaco, “para poder evaluar la función de bombeo del corazón, y determinar si hubo alguna agresión al mismo. Podemos diagnosticar si existe una Miocarditis o alguna otra alteración en las paredes del corazón o las estructuras de las válvulas cardiacas”. También descarta otra secuela frecuente de todas las enfermedades virales, “que es la inflamación con acumulación de líquido de una membrana que recubre al corazón llamada pericardio”, agregó.

En caso de encontrar anormalidades en estos estudios “debemos completar con una evaluación más avanzada que puede incluir la realización de un Holter electrocardiográfico de 24 horas, que consiste en grabar la función eléctrica del corazón durante un día completo (fuera del consultorio) para detectar la presencia de arritmias, un Eco-venoso para detectar la presencia de coágulos y una Resonancia de Corazón para hacer el seguimiento de una Miocarditis”.

Transitar la enfermedad por coronavirus de cualquier grado de severidad “no asegura que queden secuelas”, pero “estamos aprendiendo mucho de esta enfermedad y vemos que muchos pacientes persisten más allá de las tres semanas del inicio del Covid con síntomas que incluyen fatiga exagerada, dolor de pecho, Insomnio, palpitaciones, depresión, ansiedad, malestar gastrointestinal y alteraciones en la memoria y concentración. A esto lo llamamos Covid-sub agudo y si continúan luego de los tres meses “Covid-largo”.

Muchas veces no se encuentra una causa concluyente de los trastornos descriptos y es por eso que están surgiendo grupos interdisciplinarios de médicos, “que nos dedicamos a atender a estos pacientes que persisten sintomáticos y que sin duda alteran en forma significativa su calidad de vida!, cerró.

Las consecuencias tardías del Covid-19. BMJ