Se recomienda que las mujeres no tomen más que una copa de vino, y los hombres dos.
Síndrome del corazón festivo, síndrome cardíaco de las festividades o del corazón en vacaciones. Varias son las maneras de denominar una misma patología que encuentra una sola causa: el abuso del alcohol.
Hay un dato objetivo que se desprende de la realidad: tanto en vacaciones, como los fines de semana o sobre todo durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo, las personas suelen “relajarse” en cuanto al consumo las bebidas alcohólicas, a punto tal de hacer un abuso más que un uso que puede derivar en afecciones como esta o incluso en cuadros más graves.
“El síndrome de corazón festivo e en vacaciones es una patología que se ve más frecuentemente en los días feriados, los fines de semana, o en un período de vacaciones, porque es un momento en el cual hay una exceso en el consumo de alcohol”, confirma Mario Boskis, cardiólogo miembro titular de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).
Sugieren elegir bebidas de baja graduación alcohólica y evitar las bebidas blancas.
El profesional detalla: “los pacientes consultan a la guardia, muchas veces con síntomas como palpitaciones, falta de aire, dolores torácicos, mareos, y en la gran mayoría de los casos van a coincidir con arritmias cardíacas”, describe.
Afortunadamente este síndrome puede tratarse. “Se deben atacar los síntomas secundarios por el abuso de alcohol, si hay arritimias se tratan específicamente las que puedan llegar a ser causadas por el mismo, y es importante la cesación absoluta de la toma de alcohol una vez que han cedido los síntomas durante un tiempo prudencial”, esgrime el profesional.
Alcohol y arritmias
Boskis señala que la arritmia más frecuente que suelen detectar se denomina fibrilación auricular. “Es una arritmia rápida en la cual la frecuencia cardíaca se acelera en forma desmedida y da un ritmo muy irregular”, apunta.
Respecto a si es peligrosa, el cardiólogo afirma: “Tiene sus riesgos, ya que es capaz de desencadenar coágulos dentro del corazón que pueden viajar por el sistema circulatorio y muchas veces se alojan en el cerebro pudiendo generar accidentes cerebrovasculares (ACV) isquémicos por la formación de un trombito o coágulo en una arteria del cerebro”, advierte.
La arritimia más frecuente derivada de este síndrome se denomina fibrilación auricular.
Y aclara que este síndrome producirse en personas con un corazón absolutamente sano, ya que “la causa estaría dada por el efecto tóxico que tiene el alcohol en el sistema de conducción eléctrico del corazón”, alerta.
Los peligros de los excesos
Boskis propone tomarse seriamente las consecuencias que el abuso de alcohol puede tener en el organismo. De hecho, la divulgación de estudios que preconizan sus supuestos efectos positivos deberían ser tomados con pinzas según su mirada.
“Recordemos que hace algunos años salieron varios artículos hablando acerca del efecto protector del alcohol en el corazón, pero es importante aclarar que estas publicaciones generaron mucha controversia”, advierte.
Y estipula que prefiere enfocarse en las cuestiones probadas.
“Lo que hoy sabemos es que no hay que consumir grandes cantidades de alcohol, la recomendación hoy por hoy es que una mujer, si toma, no exceda una copa de vino (preferentemente tinto) por día. Y en el caso de los hombres, no más de dos, siempre y cuando su médico lo permita y no tenga ninguna otra patología asociada que contraindique el consumo de alcohol”, sugiere.
Durante las fiestas la gente suele abusar del alcohol.
En este sentido, alerta: “Sabemos que el exceso puede llegar hasta un coma inducido por el alcohol, es necesario tener mucha precaución en las fiestas, momento en que muchas veces el alcohol es un factor principal, especialmente entre adolescentes y jóvenes”, propone.
Año Nuevo: pautas para un consumo acotado
Claro que a fin de año, muchas personas que no suelen tomar alcohol lo hacen de manera excesiva, o quienes toman habitualmente lo hacen más que de costumbre. ¿Se puede reducir los efectos nocivos del alcohol?
“Siempre hay que tratar de elegir bebidas de baja graduación alcohólica y evitar las bebidas blancas, elegir preferentemente quizás el vino o el champagne, y por supuesto beber con moderación”, indica Boskis.
“Sabemos que en las fiestas se puede tomar un poco más, entonces tratar de hacerlo pausadamente, ir tomando muy poco a lo largo de la noche, y procurar tomar una sola clase de bebida, no mezclar las bebidas alcohólicas”, añade.
Por último, recuerda la importancia de ir tomando agua, para mantenerse hidratado y de comer algo, tanto antes como mientras se bebe alcohol.
“También es importante señalar que las mujeres embarazadas o que podrían estar embarazadas no deben tomar alcohol, y saber que si uno está tomando medicamentos como los pacientes con asma o enfermedades crónicas como diabetes o enfermedad cardiovascular debe consultar a su médico si puede o no tomar alcohol durante las fiestas”, advierte.
“El alcohol podria empeorar muchas de estas enfermedades o generar complicaciones en las mismas”, concluye,