El coronavirus se transmite a través de las gotitas expelidas por la boca o la nariz. Foto Shutterstock.
El uso de barbijo es una de las medidas más efectivas para la prevención de covid-19. Pero a medida que la pandemia avanza, su uso empieza a relajarse, justo cuando la propagación de nuevas variantes más transmisibles los vuelve cada vez más necesarios. El calor, la incomodidad y la dificultad para respirar son algunos de los motivos que esgrimen algunas personas para esquivar el uso de esta herramienta clave, especialmente durante la práctica de ejercicio. Un artículo publicado en la revista de la Sociedad Respiratoria Europea (ERS, por sus siglas en inglés) deja a la mayoría sin argumentos, se titula: “Podés dejarte la mascarilla puesta”.
El uso de barbijo tiene solo un efecto modesto sobre la capacidad de las personas sanas para hacer ejercicio vigoroso, según el estudio.
Los investigadores llevaron a cabo pruebas detalladas sobre la respiración, la actividad cardíaca y el rendimiento del ejercicio en un grupo de 12 personas mientras usaban una bicicleta estática con y sin barbijo.
Aunque encontraron diferencias en algunos parámetros entre usar y no usar mascarilla, dicen que ninguno de sus resultados indica algún riesgo para la salud. Esto sugiere que las máscaras se pueden usar de manera segura durante el ejercicio intenso para reducir la transmisión del coronavirus SARS-CoV-2 entre las personas que asisten al gimnasio.
“Sabemos que la principal vía de transmisión del coronavirus es a través de las gotitas respiratorias y es posible que respirar más fuerte durante el ejercicio pueda facilitar la transmisión, especialmente en interiores. Las investigaciones sugieren que usar barbijo puede ayudar a prevenir la propagación de la enfermedad, pero no hay evidencia clara sobre si las máscaras son seguras de usar durante el ejercicio vigoroso”, afirmó Elisabetta Salvioni, del Centro Cardiológico Monzino, en Milán, Italia.
Para abordar esta pregunta, Salvioni y equipo trabajaron con un grupo de voluntarios sanos compuesto por seis mujeres y seis hombres con una edad promedio de 40 años.
Cada persona participó en tres rondas de pruebas de ejercicio: una sin usar barbijo, una usando una mascarilla quirúrgica (las de un solo uso) y una vez usando una FFP2.
Mientras los voluntarios usaban una bicicleta estática, los investigadores midieron su respiración, frecuencia cardíaca, presión arterial y los niveles de oxígeno en la sangre.
Los resultados de las pruebas mostraron que el uso barbijo tuvo un pequeño efecto en los voluntarios. Por ejemplo, hubo una reducción promedio de alrededor del 10% en su capacidad para realizar ejercicio aeróbico (de acuerdo con su “VO2 pico”, que es una medida de su mayor consumo de oxígeno posible).
Los resultados también indican que esta reducción probablemente se debió a que a los voluntarios les resultó un poco más difícil inhalar y exhalar a través de las máscaras.
Massimo Mapelli, otro de los autores del trabajo, dijo: “Esta reducción es modesta y, lo que es más importante, no sugiere un riesgo para las personas sanas que hacen ejercicio con barbijo, incluso cuando están trabajando a su máxima capacidad”. Para el médico, el hallazgo puede tener implicaciones prácticas al hacer más segura la práctica de actividad física en el interior de los gimnasios.
Hay que probar los resultados en poblaciones más grandes y con diferentes afecciones. Foto Shutterstock.
En busca de las excepciones
Los autores destacan que no se debe asumir que estos resultados aplican a personas con afección cardíaca o pulmonar. “Necesitamos hacer más investigaciones para investigar esta cuestión”.
El equipo ahora está estudiando el impacto de usar una mascarilla mientras realiza actividades diarias, como subir escaleras o hacer tareas domésticas, en personas sanas y con afecciones cardíacas o pulmonares.
“Todavía hay lagunas en nuestro conocimiento sobre cómo limitar la propagación de covid-19, pero creemos que las mascarillas tienen un papel que desempeñar y nos estamos acostumbrando a usar mascarillas en espacios públicos como comercios y transporte público”, afirmó el profesor Sam Bayat, del Hospital Universitario de Grenoble, en Francia,y líder del Grupo de Fisiología Respiratoria Clínica, Ejercicio e Imágenes Funcionales de la ERS, que no participó en la investigación.
“Aunque estos resultados son preliminares y deben confirmarse con grupos más grandes de personas, parecen sugerir quelos barbijos también se pueden usar de manera segura para deportes de interior y actividades físicas, con un impacto tolerable en el rendimiento”.
“No es el primer estudio que demuestra que utilizar mascarillas faciales durante la actividad física es una práctica segura. Sabemos que el oxígeno inspirado y el dióxido de carbono espirado puede atravesar sin dificultad una mascara facial, no así el virus del Covid-19 y esto es lo importante. La mascarilla protege”, dice a Clarín el cardiólogo Mario Boskis,director del Consejo de Cardiología Clínica de la Sociedad Argentina de Cardiología.
” Sin duda el volumen de aire en cada respiración puede disminuir, así como la performance de un deportista puede también verse alterada, como lo demuestra la disminución de su capacidad de realizar trabajo físico con un barbijo puesto. Sin embargo, nuestros pacientes hoy en día cuando deben realizar un estudio cardiológico con esfuerzo físico, utilizan el barbijo y si bien se quejan por sentir mayor falta de aire, no hay ningún parámetro cardiológico que se altere por su uso, pero si, convengamos que es un gran disconfort que habrá que sufrir hasta que cese la pandemia”, concluyó.